«El poder humano se parece al divino cuando la misericordia produce justicia»
Shakespeare
* Para EAV, el evento papal, crucial escenario en torno a la carrera presidencial.
* La visión de dos Méxicos.
Toluca, México; a 4 de febrero del 2016.- El Papa Francisco, el Sumo Pontífice Romano, el vicario de Cristo y sucesor de san Pedro como cabeza visible de la Iglesia Católica, verá dos Méxicos en su visita a este país: el de las grandes mayorías empobrecidas, ayunas de justicia, atrapadas por la violencia del narcotráfico y el narcogobierno, y todos los males que generan en su entorno (corrupción, impunidad, violación a los derechos humanos, feminicidios, asesinatos de periodistas, etc.); y el México del uno por ciento: el de los grandes potentados y sus socios en el extranjero y en los gobiernos federal y estatales, que con los recursos del erario y las riquezas de la nación han forjado fortunas mal habidas a costa del bienestar y de una vida más digna para los mexicanos.
Decía San Agustín que la «Fe es creer en lo que no se ve; y la recompensa es ver lo que uno cree». Y de ahí, podemos comprender lo que en la Biblia se nos transmite con gran sabiduría, Hebreos 11: 1: «… Es pues la Fe la substancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven». Como la esperanza de los mexicanos en la llegada de algo mejor, de un cambio verdadero, real y tangible, ese estado colectivo de ánimo que nos presenta como posible lo que deseamos, mientras los de abajo están en franca ebullición.
Hablando de esperanza, para quienes tuvieron la oportunidad de ver «Los Juegos del Hambre», les ofrezco esta parábola, cuando Katniss presiente que la rebelión está emergiendo y el presidente Snow, al cuestionar a un subalterno, presume que tiene todo el control: «…. por qué crees que hay un ganador… si solo quisiéramos intimidar a los distritos porque no elegimos a 24 al azar y los ejecutamos de una vez, sería más rápido. ¡Esperanza! Eso es lo único que hay, más fuerte que el miedo. Un poco de esperanza es efectiva, mucha esperanza es peligrosa. Una chispa está bien si es que es contenida. Entonces, contenla ahora… Las groserías son la expresión del miedo; las personas temen no conseguir lo que quieren. La más horrible y poco atractiva, la persona sólo necesita ser amada y se abrirá como una flor.»
Como en el caso de la reciente visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a la ciudad de Toluca, ahora se remozan las calles de las ciudades y lugares por donde pasará el Papa Francisco: pintarlas, «limpiarlas de migrantes y gente humilde», como ocurre en Ecatepec, de donde es oriundo el gobernador Eruviel Avila Villegas, quién ahora, junto con el presidente Enrique Peña Nieto, asumen el papel de «Susanita» (la niña frívola y pequeñoburguesa, de entre los personajes célebres de las magníficas historietas cómicas, creación de «Quino»), cuando «Mafalda» (pequeña precoz, sensible e inteligente), consternada, le pregunta: ¿Dios mío cuánto pobre, qué podremos hacer por ellos? Bastaría con esconderlos, le responde Susanita.
Pero en el trasfondo de un evento religioso, se visualiza ya la competencia por la sucesión presidencial. El gobernador mexiquense Eruviel Avila Villegas, ante la caída de su «popularidad», le apuesta todo a su futuro político con la visita papal, en un juego de espejos donde políticos, funcionarios públicos y religiosos se confunden en la más burda exhibición de simulación y maquillaje, y donde hasta los burócratas acarreados serán obligados a hacer valla durante los recorridos del Sumo Pontífice para vitorearlo, como si «Francisco», el Papa del pueblo y promotor de la misericordia, no estuviera enterado de las condiciones de miseria, violencia e injusticia a las que están sometidas las grandes mayorías en México.
México, entre la política, la esperanza y el miedo.